Mientras se desata un furioso confinamiento en Gran Bretaña , casualmente justo cuando llega la hora del Brexit, la campaña ocultacionista de los socialdemócratas, intentando imponer la sumisión cognitiva al público en general, arrecia. Los antecedentes son ampliamente conocidos en la resistencia espartaquista y bioanarquista, pero no por el gran público:
Los reformistas ocultaron que más de 20.000 ancianos sin seguro privado de pensiones murieron porque no fueron atendidos por los hospitales de la seguridad social pública en el estado español, estando un gobierno socialdemócrata en el poder.
Luego ocultaron que el origen de la enfermedad del virus sars-cov-2 estuvo centrado a menos de un kilómetro de uno de los dos únicos biolaboratorios en el mundo que directa o indirectamente habían estado involucrados en dar ganancia de funciones patógenas al sars-cov-1, pero a la vez lanzaron la campaña de propaganda global de la neomalthusiana Ideología de las Zoonosis.
Después ocultaron las críticas científicas a la eficacia oficialistamente presumida de las pruebas del PCR, alta imprecisión hoy reconocida para curarse en salud de posibles denuncias masivas hasta por la mismísima central internacional de las corporaciones farmacéuticas, la OMS, lanzando una campaña contra “el negacionismo”, “las conspiraciones”, a la vez que multiplicaban por millones esas pruebas, que fueron esenciales para desarrollar la política del terror conficionalista en las calles, haciendo el montaje de la segunda ola de la pandemia que detonó a la mitad de las pequeñas empresas, desmantelmiento crucial para poder hacer los monopolios las nuevas centralizaciones de capitales, mientras se hacían de oro vendiendo los test.
Más adelante, ocultaron al gran público las críticas médicas a la eficacia y pertinencia de las mascarillas y los confinamientos, no solo burlándose de los médicos y científicos que buenamente y valientemente los fueron denunciando sino también desatando cazas de brujas masivas internacionales contra cualquier medico o científico que se atreviera a opinar.
Luego después, tocó ocultar las críticas a las “vacunas”, que han resultado ser inyecciones transgénicas, sin responsabilidad por parte de las comercializadoras, transferida al erario público por los socialdemócratas, aun cuando esas críticas las están haciendo científicos de vanguardia internacional.
Y ahora, finalmente, se arrojan a ocultar las informaciones relativas al papel directivo en toda esta biología política de la pandemia, del actual director verdadero en funciones de la OMS, Bill Gates.
Autor font: Barcelona.indymedia.org
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